Desde 1568 las provincias del norte de los Países Bajos mantenían una guerra contra España, la denominada guerra de los ochenta años en la que los primeros intentaron conseguir la independencia de la corona española con el apoyo de Francia e Inglaterra.
Después de la firma de la Paz de Vervins en 1598 y del tratado de Londres en 1604, por los que España firmaba una paz con Francia e Inglaterra, Holanda perdía los apoyos militares de los dos países con los que España estaba firmando la paz.
Por la parte española, el mantenimiento en Flandes de los tercios españoles suponían un gasto excesivo en dinero, y también muertes de los inocentes; las amenazas de los bereberes en el Mediterráneo y de Francia, fueron uno de los motivos por los que a España les convenía firmar una paz con los Países Bajos para desviar la fuerza militar hacia otros conflictos.
Tanto el rey de España Felipe III, como su valido el duque de Lerma, el Consejo de Estado de España, los gobernadores de los Países Bajos vieron con satisfacción la posibilidad de una tregua.
Según los términos del acuerdo, ambas partes se comprometían a:
- Mantener un cese en las hostilidades durante un plazo de doce años;
- Levantamiento del embargo que prohibía a las Provincias Unidas el comercio con Europa;
- Libertad comercial para las Provincias Unidas en las Indias;
- Los calvinistas holandeses no aceptaron garantizar la libertad religiosa para los católicos.
Este tratado se firma el dia 6 Abril 1609 en la ciudad de Amberes.
La firma de la tregua fue objetivamente favorable a las Provincias Unidas: supuso el reconocimiento de facto de la independencia de las provincias del norte de los Países bajos. Durante los años que duró la tregua, la Provincias Unidas establecieron relaciones diplomáticas con varios países y se expandieron comercialmente por todo el mundo.
La tregua de los doce años conllevaría un periodo de paz en Europa conocido como la Pax Hispánica.
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