La nobleza se comportaba como un estamento, lo que había sido en la Edad Media, con los privilegios estamentales que había ido acumulando a lo largo de siglos, y la serie de funciones que había ido practicando a partir del XVI. El estamento se caracterizaba por ser un grupo no cerrado, pero de difícil acceso a él, cuyas reglas de acceso estaban dominadas por personas ajenas al interesado, el rey en el caso de la nobleza, y los obispos en el caso de la Iglesia. El acceso es deseable para el interesado en virtud de la esperanza de gozar de unos privilegios inherentes al estamento en cuestión. Y por parte del organismo de Gobierno, es deseable para delegar, y librarse de la carga correspondiente, unos determinados servicios de orden social.
El estamento se diferencia de las castas, que son grupos sociales completamente cerrados, en los que se nace y muere.
- El estamento se diferencia de las clases sociales, donde el progreso y ascenso social depende de la fortuna y trabajo del interesado y no del nombramiento hecho por terceras personas.
- Los privilegiados disfrutaban de dos tipos de privilegios: los unos jurídicos, como distinto trato en cuanto a las leyes, y los otros económicos, como la protección que suponía el mayorazgo y verse libres de muchos impuestos que pagaban los del estado llano.
- Para ser noble, se requería, primero, ser rico, o al menos tener una posición muy destacada en la sociedad. Y, segundo, adquirir los títulos de nobleza, lo cual se podía hacer por matrimonio
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